sábado, 30 de mayo de 2009

LOS DONES DEL ESPIRITU SANTO

En la teología católica se llaman dones del Espíritu Santo a unas disposiciones fijas que hacen al hombre docil para secundar los impulsos y emociones.
Un don es algo dado por otro libre, gratuita y benévolamente: el mismo Espíritu Santo es mencionado como un don en la liturgía o himnos liturgicos.
En la teología escolástica suele aclararse que los dones son infundidos en las “potencias del alma” indicando con ello las facultades superiores (entendimiento, voluntad, memoria) que reciben un hábito que les permite responder con mayor facilidad y secundar las mociones propias del Espíritu Santo o gracia actual. La facultad los recibe “pasivamente” pero ha de de actuarlos: es decir, no quitan la libertad ni la cohíben.

Los dones del Espíritu Santo son:

Don de Ciencia, es el don del Espíritu Santo que nos permite acceder al conocimiento. Es la luz invocada por el cristiano para sostener la fe del bautismo.

Don de Consejo, saber decidir con acierto, aconsejar a los otros fácilmente y en el momento necesario conforme a la voluntad de Dios.

Don de Fortaleza, es el don que el Espíritu Santo concede al fiel, ayuda en la perseverancia, es una fuerza sobrenatural.

Don de Inteligencia, es el del Espíritu Santo que nos lleva al camino de la contemplación, camino para acercarse a Dios.

Don de Piedad, el corazón del cristiano no debe ser ni frío ni indiferente. El calor en la fe y el cumplimiento del bien es el don de la piedad, que el Espíritu Santo derrama en las almas.

Don de Sabiduría, es concedido por el Espíritu Santo que nos permite apreciar lo que vemos, lo que presentimos de la obra divina.

Don de Temor, es el don que nos salva del orgullo, sabiendo que lo debemos todo a la misericordia divina.

Pertenecen en plenitud a Cristo, Hijo de David. Completan y llevan a su perfección las virtudes de quienes los reciben. Hacen a los fieles dóciles para obedecer con prontitud a las inspiraciones divinas.

Los frutos del Espíritu Santo son perfecciones que forma en nosotros el Espíritu Santo como primicias de la gloria eterna. La tradición de la Iglesia enumera doce:

Caridad.Gozo.Paz.Paciencia.Longanimidad.Bondad.Benignidad.Mansedumbre.Fe.Modestia.Continencia.Castidad.
Faltas contra el Espíritu Santo:
Desesperar de la misericordia de Dios.Presunción de salvarse sin ningún mérito.La impugnación de la verdad conocida.La envidia de los bienes espirituales del prójimo.La obstinación en el pecado.La impenitencia final.

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